La creación de un sistema robusto de seguridad alimentaria que permita asegurar productos de calidad, inocuos y que no dañen al medioambiente son parte del desafío de las industrias hoy en día.

¿Qué se busca? Responder adecuadamente a los consumidores, al mercado y lograr una mayor sustentabilidad en el largo plazo.

Dentro de los múltiples temas que se conversan hoy en materia de nutrición y dietas asequibles y saludables para todos, el concepto de “seguridad alimentaria” es uno de los que cobra gran relevancia en el mundo entero. 

Esto debido a la importancia que tiene el consumir alimentos de calidad que no dañen el organismo y que, a su vez, satisfagan las necesidades alimenticias hacia los aspectos nutricionales, permitiendo alcanzar una vida sana y activa. 

Es así como el concepto de seguridad alimentaria -con el que hoy está trabajando fuertemente Floramatic- surgió en la década de los 70 y forma parte integral de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular, con el que tiene que ver con Hambre Cero y que busca, entre otras materias, proteger al planeta y garantizar que todas las personas cuenten con paz y prosperidad al 2030. 

Se sustenta en factores como la disponibilidad de alimentos, su acceso y la utilización biológica de los mismos, entendiendo que el derecho a la alimentación es una condición esencial para lograr una vida digna y por ello está contemplada en leyes y tratados nacionales e internacionales.

Irma Maldonado, encargada de Asuntos Regulatorios de Floramatic, señala que para que un alimento sea considerado seguro deben existir ciertas condiciones que se deben cumplir. “Hoy en día existen normativas de calidad e inocuidad alimentaria, que son requisito mínimos para obtener las certificaciones propias del producto, lo que permite transmitir, a su vez, la confianza al consumidor final de que su producto o alimento no le va a provocar un daño a él o al resto de las persona y/o animales, siendo considerado seguro. No obstante, las normativas de inocuidad permiten señalar que bajo un sistema controlado e implementado el producto final no causara un daño a los consumidores, manteniendo a raya a los contaminantes; y que, a su vez, cumple con el objetivo de que los productos elaborados no tendrán un efecto dañino en materia medioambiental y que también son seguros en todo ámbito normativo. Todo esto en su conjunto forma parte de un sistema de gestión integral y permite englobar el concepto de seguridad alimentaria”, asegura. 

¿Cómo se trabaja la seguridad alimentaria en Floramatic?

Irma Maldonado explica que siguiendo esta línea “En Floramatic se trabaja con base en HACCP (Hazard Analysis and Critical Control Points), que es un sistema de inocuidad alimentaria basado en la identificación de todos los peligros potenciales en los ingredientes y los distintos procesos de producción de los alimentos y tiene por objetivo tomar las medidas necesarias para la prevención de posibles riesgos de contaminación y garantizar así la inocuidad alimentaria”.

  

Junto con ello, según explica la encargada de Asuntos Regulatorios, “se trabaja también permanentemente en pos de la seguridad alimentaria y en nuevos proyectos que nos lleven a un sistema de gestión integral de los alimentos que nos permita seguir siendo una industria 100% confiable y comprometida con la calidad, inocuidad y seguridad alimentaria. Por ello hoy contamos también con otras certificaciones que avala nuestro compromiso”, entre otras.

Factores que inciden en la inseguridad alimentaria

Según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” 2019 de la FAO, se estima que un total de 2.000 millones de personas en el mundo experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria, incluso en América Septentrional y en Europa, donde se calcula que el 8 % de la población la padece. Estos datos prueban que es un tema que, en mayor o menor medida, afecta al mundo de manera global y del que hay que preocuparse para resguardar a la población.

Dentro de los factores que ponen en riesgo la seguridad alimentaria se encuentran el cambio climático, la escasez de recursos hídricos, la contaminación atmosférica, la explosión demográfica o la degradación de los suelos, a lo que hay que sumar ahora los efectos socio-económicos causados por la pandemia de COVID-19.

Cada uno de ellos afecta de manera directa a los productos, sobre todo si son naturales, debido a que afectan su fuente nutricional y que más tarde afecta directamente a lo que las mismas personas consumen. 

Por todo lo anterior, es importante contar con la certeza de que las empresas que trabajan con alimentos cuenten con estrictos procedimientos de seguridad y garantía que permitan entregar soluciones acordes a las que requiere el mercado.

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Autor: Industrias Floramatic Spa

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